II . ORDINARIO DE LA LECTURA DEL MARTIROLOGIO FUERA DE LA LITURGIA DE LAS HORAS
13. Reunida la asamblea, bien en el coro, bien en capítulo o bien a la mesa, el lector comienza inmediatamente por la mención del día en curso, proclama los elogios de cada uno de los santos y beatos, y concluye la lectura diciendo:
V/. Es preciosa a los ojos del Señor.
R/. La muerte de sus santos.
14. A continuación puede seguir una de las lecturas breves propuestas en las págs. 49-68, que el lector concluye con esta aclamación:
V/. Palabra de Dios.
R/. Te alabamos, Señor.
15. Tras la lectura, el sacerdote o el diácono que preside la celebración dice una de las oraciones propuestas en las págs. 71-77. Lo mismo hace el laico que, en ausencia del ministro ordenado, dirige la celebración.
16. Luego se hace la bendición y despedida del siguiente modo:
El Señor nos bendiga,
nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
Las almas de todos los fieles difuntos,
por la misericordia de Dios,
descansen en paz.
R/. Amén.
V/. Podéis ir en paz.
R/. Demos gracias a Dios.
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