Diurnal - Domingo II después de Navidad

Tiempo de Navidad

DOMINGO SEGUNDO DESPUÉS DE NAVIDAD
entre el 2 y el 5 de enero

cuando la solemnidad de la Epinafía
se celebra el día 6 de enero

Semana II del Salterio

I Vísperas

Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana II.

LECTURA BREVE          1Jn 5, 20

Sabemos que el Hijo de Dios ha venido y nos ha dado inteligencia para que conozcamos al Verdadero. Nosotros estamos en el Verdadero, en su Hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna.

RESPONSORIO BREVE

R/. La Palabra se hizo carne. * Aleluya, aleluya. La Palabra
V/. Y acampó entre nosotros. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. La Palabra.

Magníficat, ant. La gracia del cielo ha penetrado en las entrañas de una madre virgen: el vientre de una doncella encierra misterios que superan su conocimiento.

PRECES

Adoremos a Cristo, que se despojó de su rango y tomó la condición de esclavo, probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado, y supliquémosle con fe ardiente, diciendo:

Por tu nacimiento, socorre, Señor, a quienes has redimido.

Tú que al entrar en el mundo has inaugurado el tiempo nuevo anunciado por los profetas, 
— haz que tu Iglesia se rejuvenezca siempre.

Tú que asumiste las debilidades de los hombres, 
— dígnate ser luz para los ciegos, fuerza para los débiles, consuelo para los tristes.

Tú que naciste pobre y humilde,
— mira con amor a los pobres y dígnate consolarlos.

Tú que por tu nacimiento terreno anuncias a todos la alegría de una vida sin fin, 
— alegra a los agonizantes con la esperanza de un nacimiento eterno.

Tú que descendiste al mundo para que los hombres pudieran ascender al cielo, 
— admite en tu gloria a todos los difuntos.

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo.

Invitatorio

Ant. A Cristo, que por nosotros ha nacido, venid, adorémosle.

El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Laudes

Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana II.

LECTURA BREVE          Hb 1, 1-2

En distintas ocasiones y de muchas maneras habló Dios antiguamente a nuestros padres por los profetas. Ahora en esta etapa final, nos ha hablado por el Hijo, al que ha nombrado heredero de todo, y por medio del cual ha ido realizando las edades del mundo.

RESPONSORIO BREVE

R/. Cristo, Hijo de Dios vivo, * Ten piedad de nosotros. Cristo.
V/. Tú que naciste de María Virgen, * Ten piedad de nosotros. Gloria al Padre. Cristo.

Benedictus, ant. La Virgen siempre fiel dio a luz a la Palabra de Dios hecha carne, pero permaneció virgen, aun después del parto; alabémosla, pues, diciendo todos: «Bendita tú entre las mujeres».

PRECES

Glorifiquemos a Cristo, Palabra eterna del Padre, engendrado antes de los siglos y nacido por nosotros en el tiempo, y aclamémosle, diciendo:

Que se goce la tierra, Señor, con tu venida.

Cristo, Palabra eterna, que al venir al mundo anunciaste la alegría a la tierra, 
— alegra nuestros corazones con la gracia de tu visita.

Salvador del mundo, que con tu nacimiento nos has revelado la fidelidad de Dios, 
— haz que nosotros seamos también fieles a las promesas de nuestro bautismo.

Rey del Cielo y de la tierra, que por tus ángeles anunciaste la paz a los hombres, 
— conserva nuestras vidas en tu paz.

Señor, tú que viniste para ser la vid verdadera que nos diera el fruto de vida, 
— haz que permanezcamos siempre en ti y demos fruto abundante.

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo.


Hora intermedia

Tercia

Ant. José y Maria, la madre de Jesús, estaban admirados por lo que se decía de él.

LECTURA BREVE          Tt 2, 11-12

Ha aparecido la gracia de Dios, que trae la salvación para todos los hombres, enseñándonos a renunciar a la impiedad y a los deseos mundanos, y a llevar ya desde ahora una vida sobria, honrada y religiosa.

V/. El Señor se acordó de su misericordia. Aleluya.
R/. Y de su fidelidad en favor de la casa de Israel. Aleluya.

Sexta

Ant. María conservaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón.

LECTURA BREVE          1Jn 4, 9

En esto se manifestó el amor que Dios nos tiene: en que Dios envió al mundo a su Hijo único, para que vivamos por medio de él.

V/. Los confines de la tierra han contemplado. Aleluya.
R/. La salvación de nuestro Dios. Aleluya.

Nona

Ant. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

LECTURA BREVE          Hch 10,36

Dios envió su palabra a los israelitas, anunciando la paz que traería Jesucristo, el Señor de todos.

V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran. Aleluya.
R/. La justicia y la paz se besan. Aleluya.

La oración como en Laudes.

II Vísperas

Las antífonas propias, como en el Salterio; los salmos y el cántico, del domingo de la semana II.

LECTURA BREVE          1Jn 1, 1-3

Lo que existía desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros propios ojos, lo que contemplamos y palparon nuestras manos: la Palabra de la vida (pues la vida se hizo visible), nosotros la hemos visto, os damos testimonio y os anunciamos la vida eterna que estaba con el Padre y se nos manifestó. Eso que hemos visto y oído os lo anunciamos, para que estéis unidos con nosotros en esa unión que tenemos con el Padre y con su Hijo Jesucristo

RESPONSORIO BREVE

R/. La Palabra se hizo carne. * Aleluya, aleluya. La Palabra.
V/. Y acampó entre nosotros. * Aleluya, aleluya. Gloria al Padre. La Palabra.

Magníficat, ant. Dichoso el vientre que llevó al hijo del eterno Padre y dichosos los pechos que criaron a Cristo, el Señor. 

PRECES

Aclamemos alegres a Cristo, ante cuyo nacimiento los ángeles anunciaron la paz a la tierra, y supliquémosle, diciendo: 

Que tu nacimiento, Señor, traiga la paz a todos los hombres. 

Tú que con el misterio de Navidad consuelas a la Iglesia, 
— cólmala también de todos tus bienes.

Tú que has venido como pastor supremo y guardián de nuestras vidas, 
— haz que el papa y todos los obispos sean buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. 

Rey de la eternidad, que al nacer quisiste experimentar las limitaciones humanas sometiéndote a la brevedad de una vida como la nuestra, 
— haz que nosotros, que somos caducos y mortales, participemos de tu vida eterna. 

Tú que, esperado durante largos siglos, viniste en el momento culminante de la historia, 
— manifiesta tu presencia a los que aún te están esperando. 

Tú que, hecho carne, restauraste la naturaleza humana corrompida por la muerte, 
— concede la plena salvación a los difuntos. 

Padre nuestro. 

Oración 

Dios todopoderoso y eterno, luz de los que en ti creen, que la tierra se llene de tu gloria y que te reconozcan los pueblos por el esplendor de tu luz. Por nuestro Señor Jesucristo. 

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