Diurnal - La Presentación del Señor

Propio de los Santos
Febrero

2 de febrero
LA PRESENTACIÓN DEL SEÑOR
Fiesta

Fiesta que se celebra ya en el siglo V en Jerusalén, y en Roma desde el siglo VII.

I Vísperas
(Cuando esta fiesta coincide con un domingo)

HIMNO, como en las II Vísperas.

SALMODIA

Ant. 1. Sus padres llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor.

Salmo 112

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre:
de la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.


El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre los cielos.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra?

Levanta del polvo al desvalido,
alza de la basura al pobre,
para sentarlo con los príncipes,
los príncipes de su pueblo;
a la estéril le da un puesto en la casa,
como madre feliz de hijos.

Ant. Sus padres llevaron a Jesús a Jerusalén, para presentarlo al Señor.

Ant. 2. Adorna tu morada, Sión, para recibir al Mesías rey.

Salmo 147

Glorifica al Señor, Jerusalén;
alaba a tu Dios, Sión:
que ha reforzado los cerrojos de tus puertas,
y ha bendecido a tus hijos dentro de ti;
ha puesto paz en tus fronteras,
te sacia con flor de harina.

Él envía su mensaje a la tierra,
y su palabra corre veloz;
manda la nieve como lana,
esparce la escarcha como ceniza;

hace caer el hielo como migajas
y con el frío congela las aguas;
envía una orden, y se derriten;
sopla su aliento, y corren.

Anuncia su palabra a Jacob,
sus decretos y mandatos a Israel;
con ninguna nación obró así,
ni les dio a conocer sus mandatos.

Ant. Adorna tu morada, Sión, para recibir al Mesías rey.

Ant. 3. Dichoso eres, Simeón, hombre justo, porque has recibido a Cristo, el Señor, libertador de su pueblo.

Cántico
Flp 2, 6-11

Cristo, a pesar de su condición divina,
no hizo alarde de su categoría de Dios;
al contrario, se despojó de su rango
y tomó la condición de esclavo,
pasando por uno de tantos.

Y así, actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó hasta someterse incluso a la muerte,
y una muerte de cruz.

Por eso Dios lo levantó sobre todo
y le concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.

Ant. Dichoso eres, Simeón, hombre justo, porque has recibido a Cristo, el Señor, libertador de su pueblo.

LECTURA BREVE                         Hb 10,5-7

Cuando Cristo entró en el mundo, dijo «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios para hacer tu voluntad"».

RESPONSORIO BREVE

R/. El Señor ha dado a conocer * a su Salvador. El Señor.
V/. A quien ha presentado ante todos los pueblos. * A su Salvador. Gloria al Padre. El Señor.

Magníficat, ant. El anciano llevaba al niño, el niño guiaba al anciano. La Virgen lo dio a luz, y permaneció virgen después del parto; adoró al mismo que engendró.

PRECES, como en la II Vísperas.

La oración como en Laudes.

Invitatorio

Ant. Mirad, entra en su templo santo el Señor, soberano de todo; venid, adorémosle.

El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Laudes

HIMNO

Iglesia santa, esposa bella, 
sal al encuentro del Señor,
adorna y limpia tu morada
y recibe a tu Salvador.

Abre tus brazos a María,
Virgen Madre del Redentor,
puerta del cielo siempre abierta
por la que vino al mundo Dios.

¿A quién sostienes en tus manos,
dinos, anciano Simeón,
por qué te sientes tan alegre?
«Porque ya he visto al Salvador.

Este Niño será bandera 
y signo de contradicción,
con su muerte, traerá la vida,
por la cruz, la resurrección.»

Jesús, el hijo de María,
es el Hijo eterno de Dios,
la luz que alumbra a las naciones
los caminos de salvación.

La Virgen Madre ofrece al Niño
como una hostia para Dios;
la espada de la profecía
atraviesa su corazón.

Honor y gloria al Padre eterno,
y al Hijo eterno que engendró,
y que, por obra del Espíritu,
de la Virgen Madre nació. Amén.

Ant. 1. Simeón, hombre justo y piadoso, aguardaba el consuelo de Israel, y el Espíritu Santo moraba en él.

Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I.

Ant. 2. Simeón tomó al niño en brazos, dio gracias y bendijo a Dios.

Ant. 3. Luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel.

LECTURA BREVE                   Ml 3, 1

Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí. De pronto entrará en el santuario el Señor, a quien vosotros buscáis; el mensajero de la alianza que vosotros deseáis.

RESPONSORIO BREVE

R/. Postraos ante el Señor * en el atrio sagrado. Postraos.
V/. Aclamad la gloria y el poder del Señor. * En el atrio sagrado. Gloria al Padre. Postraos.

Benedictus, ant. Cuando entraban con el niño Jesús sus padres, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios.

PRECES

Adoremos a nuestro Salvador, que hoy fue presentado en el templo, y supliquémosle:

Que nuestros ojos, Señor, vean tu salvación.

Cristo Jesús, tú que, según mandaba la ley, quisiste ser presentado al Padre en el templo, 
- enséñanos a ofrecernos contigo en el sacrificio de tu Iglesia.

Consuelo de Israel, a cuyo encuentro salió el justo Simeón en el templo, 
- haz que también nosotros salgamos a tu encuentro en la persona de nuestros hermanos.

Esperado de las naciones, de quien la profetisa Ana hablaba a todos los que aguardaban la liberación de Israel, 
- enséñanos a hablar debidamente de ti a todos.

Piedra angular del reino de Dios, que estás puesto como una bandera discutida, 
- haz que los hombres, por la fe y la caridad, se levanten en ti.

Padre nuestro.

Oración

Dios todopoderoso y eterno, te rogamos humildemente que, así como tu Hijo unigénito, revestido de nuestra humanidad, ha sido presentado hoy en el templo, nos concedas, de igual modo, a nosotros la gracia de ser presentados delante de ti con el alma limpia. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Las antífonas y los salmos, del día correspondiente.

Tercia

LECTURA BREVE                            Is 8, 14

El Señor será piedra de tropiezo y roca de precipicio para las dos casas de Israel, será lazo y trampa para los habitantes de Jerusalén.

V/. El Señor se acordó de su misericordia.
R/. Y de su fidelidad en favor de la casa de Israel.

Sexta

LECTURA BREVE                              Is 42, 13

El Señor sale como un héroe, excita su ardor como un guerrero, lanza el alarido, mostrándose valiente frente al enemigo.

V/. Los confines de la tierra han contemplado la salvación de nuestro Dios.
R/. Aclama al Señor, tierra entera.

Nona

LECTURA BREVE                          Is 12, 5-6

Tañed para el Señor, que hizo proezas, anunciadlas a toda la tierra; gritad jubilosos, habitantes de Sión: «Qué grande es en medio de ti el Santo de Israel».

V/. La misericordia y la fidelidad se encuentran.
R/. La justicia y la paz se besan.

La oración como en Laudes.

II Vísperas

HIMNO

I

De una Virgen hermosa
celos tiene el sol,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

Cuando del oriente
salió el sol dorado,
y otro Sol helado
miró tan ardiente,
quitó de la frente 
la corona bella,
y a los pies de la Estrella
su lumbre adoró,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

«Hermosa María
-dice el sol, vencido-,
de vos ha nacido
el Sol que podía
dar al mundo el día
que ha deseado».

Esto dijo, humillado,
a María el sol,
porque vio en sus brazos
otro Sol mayor.

Al Padre y al Hijo
gloria y bendición,
y al Espíritu Santo
por los siglos honor. Amén.

II

En el templo entra María,
más que nunca pura y blanca,
luces del mármol arranca,
reflejos al oro envía.
Va el Cordero entre la nieve,
la Virgen nevando al Niño,
nevando a puro cariño
este blanco vellón leve.

Las dos tórtolas que ofrece
ya vuelan y ya se posan.
Ana y Simeón rebosan
gozo del tiempo que crece,
que estalla, que está; no hubo
quien, viendo al blanco alhelí,
dijera, -por ti, por mí-
que al hielo esta noche estuvo.

Ya ha cesado la nevada;
y el Niño, tan blanco, blanco, 
oye que va a ser el blanco
de contradicción, la espada,
ay, para su Madre, y mueve
hacia ella sus ojuelos,
regalando desconsuelos,
como si él no fuera nieve.

Gloria al Padre, gloria al Hijo,
gloria al Espíritu Santo,
por los siglos de los siglos. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. Simeón había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor.

Salmo 109, 1-5.7

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso, levantará la cabeza.

Ant. Simeón había recibido un oráculo del Espíritu Santo: que no vería la muerte antes de ver al Mesías del Señor.

Ant. 2. Ofrecieron por él al Señor un par de tórtolas o dos pichones.

Salmo 109, 1-5.7

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.

Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora;
porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos.

Ant. Ofrecieron por él al Señor un par de tórtolas o dos pichones.

Ant. 3. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

Cántico
Cf. Col 1, 12-20

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Ant. Mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos.

LECTURA BREVE                       Hb 4, 15-16

No tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino que ha sido probado en todo exactamente como nosotros, menos en el pecado. Por eso, acerquémonos con seguridad al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y encontrar gracia que nos auxilie oportunamente.

RESPONSORIO BREVE

R/. El Señor ha dado a conocer * a su Salvador. El Señor.
V/. A quien ha presentado ante todos los pueblos. * A su salvador. Gloria al Padre. El Señor.

Magníficat, ant. Hoy la bienaventurada Virgen María presentó al niño Jesús en el templo, y Simeón, lleno del Espíritu Santo, lo tomó en brazos y bendijo a Dios.

PRECES

Adoremos a nuestro Salvador, que hoy fue presentado en el templo, y supliquémosle:

Que nuestros ojos, Señor, vean tu salvación.

Cristo Salvador, que eres luz para alumbrar a las naciones, 
- ilumina a los que no te conocen, para que crean en ti, Dios verdadero.

Redentor nuestro, que eres gloria de tu pueblo Israel, 
- haz que tu Iglesia brille entre las naciones.

Jesús, deseado de todos los pueblos, a quien los ojos del justo Simeón vieron como Salvador, 
- haz que tu salvación llegue a todos los hombres.

Señor, en cuya presentación fue anunciada a María, tu madre, una espada de dolor, 
- fortalece a los que sufren tribulación por causa de tu servicio.

Cristo, felicidad de los santos, a quien Simeón pudo ver antes morir, como era su ardiente deseo, 
- muéstrate a los difuntos que anhelan tu visión.

La oración como en Laudes.

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