Diurnal - Lunes Santo

Tiempo de Cuaresma

LUNES SANTO 

Laudes

Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del lunes de la semana II.

LECTURA BREVE          Jr 11, 19-20

Yo, como cordero manso, llevado al matadero, no sabía los planes homicidas que contra mí planeaban: «Talemos el árbol en su lozanía, arranquémoslo de la tierra vital, que su nombre no se pronuncie más». Pero tú, Señor de los ejércitos, juzgas rectamente, pruebas las entrañas y el corazón; veré mi venganza contra ellos, porque a ti he encomendado mi causa.

RESPONSORIO BREVE 

R/. Nos has comprado, Señor, *Con tu sangre. Nos has comprado. 
V/. De toda raza, lengua, pueblo y nación. *Con tu sangre. Gloria al Padre. Nos has comprado. 

Benedictus, ant. Padre justo, el mundo no te ha conocido; yo te he conocido, porque tú me enviaste. 

PRECES 

Acudamos a Cristo, nuestro Salvador, que nos redimió con su muerte y resurrección, y supliquémosle, diciendo: 

Señor, ten piedad de nosotros. 

Tú que subiste a Jerusalén para sufrir la pasión y entrar así en la gloria, 
—conduce a tu Iglesia a la pascua eterna. 

Tú que, elevado en la cruz, quisiste ser atravesado por la lanza del soldado, 
—sana nuestras heridas. 

Tú que convertiste el madero de la cruz en árbol de vida, 
—haz que los renacidos en el bautismo gocen de la abundancia de los frutos de este árbol. 

Tú que clavado en la cruz, perdonaste al ladrón arrepentido, 
—perdónanos también a nosotros, pecadores. 

Padre nuestro. 

Oración 

Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la pasión de tu Hijo. Que vive y reina contigo.


Hora intermedia 

Tercia 

Ant. Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado su hora, habiendo amado a los suyos, los amó hasta el extremo. 

LECTURA BREVE          Ez 33, 10b.11a

Nuestros crímenes y nuestros pecados cargan sobre nosotros y por ellos nos consumimos, ¿podremos seguir con vida? «Por mi vida —oráculo del Señor—, juro que no quiero la muerte del malvado, sino que cambie de conducta y viva».

V/. Se humillaba voluntariamente. 
R/. Y no abría la boca. 

Sexta 

Ant. Igual que el Padre me conoce, yo conozco al Padre, y doy mi vida por las ovejas. 

LECTURA BREVE          Jr 18, 20b

Acuérdate de cómo estuve en tu presencia, intercediendo en su favor, para apartar de ellos tu enojo.

V/. Él soportó nuestros sufrimientos. 
R/. Y aguantó nuestras rebeliones. 

Nona 

Ant. Para mí la vida es Cristo, y una ganancia el morir; yo he de gloriarme en la cruz de mi Señor Jesucristo. 

LECTURA BREVE          Jr 31, 2. 3b-4a

Así dice el Señor: «Halló gracia en el desierto el pueblo escapado de la espada; camina Israel a su descanso. Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi misericordia. Todavía te construiré, y serás reconstruida, doncella de Israel».

V/. Adoremos el signo de la cruz. 
R/. Por el que recibimos la salvación.

La oración como en Laudes.


Vísperas

Las antífonas propias, en el Salterio; los salmos y el cántico, del lunes de la semana II.

LECTURA BREVE          Rm 5, 8-9

La prueba de que Dios nos ama es que Cristo, siendo nosotros todavía pecadores, murió por nosotros. ¡Con cuánta más razón, justificados ahora por su sangre, seremos por él salvos del castigo! 

RESPONSORIO BREVE 

R/. Te adoramos, oh Cristo, *Y te bendecimos. Te adoramos. 
V/. Porque con tu cruz has redimido al mundo. *Y te bendecimos. Gloria al Padre. Te adoramos. 

Magníficat, ant. Lo mismo que Moisés elevó la serpiente en el desierto, así tiene que ser elevado el Hijo del hombre, para que todo el que cree en él tenga vida eterna. 

PRECES 

Adoremos al Salvador de los hombres, que, muriendo, destruyó nuestra muerte y, resucitando, restauró la vida, y digámosle humildemente: 

Santifica, Señor, al pueblo que redimiste con tu sangre. 

Redentor nuestro, concédenos que por la penitencia nos unamos más plenamente a tu pasión, 
—para que consigamos la gloria de la resurrección. 

Concédenos la protección de tu Madre, consuelo de los afligidos, 
—para que podamos confortar a los que están atribulados, mediante el consuelo con que tú nos confortas. 

Haz que tus fieles participen en tu pasión mediante los sufrimientos de su vida, 
—para que se manifiesten en ellos los frutos de tu salvación. 

Tú que te humillaste, haciéndote obediente hasta la muerte, y una muerte de cruz, 
—enseña a tus fieles a ser obedientes y a tener paciencia. 

Haz que los difuntos sean transformados a semejanza de tu cuerpo glorioso, 
—y a nosotros danos un día parte en su felicidad. 

Padre nuestro. 

Oración

Dios todopoderoso, mira la fragilidad de nuestra naturaleza, y levanta nuestra débil esperanza con la fuerza de la pasión de tu Hijo. Que vive y reina contigo.

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