Diurnal - Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

Propio de los Santos
Mayo

Jueves después de Pentecostés
JESUCRISTO, SUMO Y ETERNO SACERDOTE
Fiesta

Invitatorio

Ant. Glorifiquemos a Cristo, que tiene el sacerdocio que no pasa.

El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Laudes

HIMNO

I

Cantan tu gloria, Cristo Sacerdote,
los cielos y la tierra:
a ti que por amor te hiciste hombre
y al Padre como víctima te ofrendas.

Tu sacrificio nos abrió las puertas,
de par en par, del cielo;
ante el trono de Dios, es elocuente
tu holocausto en la cruz y tu silencio.
Todos los sacrificios del los hombres 
quedaron abolidos:
todos eran figuras que anunciaban
al Sacerdote eterno, Jesucristo.

No te basta el morir, que quieres darnos
alimento de vida:
quedarte con nosotros y ofrecerte
sobre el altar: hacerte eucaristía.

Clavado en cruz nos miras, te miramos,
crece el amor, la entrega.
Al Padre, en el Espíritu, contigo,
eleva nuestro canto y nuestra ofrenda. Amén.

II

A ti, Jesús, te alaban las naciones;
que a tu reino nos llevas,
y en ti cobra esperanza nuestra súplica,
único mediador de cielo y tierra.

Verbo de Dios, por quien todo fue hecho,
nacido de María;
tú, la hostia pura, santa, inmaculada,
que de ofrecerse a Dios sola fue digna.

Ungido por el Padre, Jesucristo,
eterno sacerdote,
reconcilias al cielo con la tierra,
los hombres y los ángeles te adoren.

Dios de Dios verdadero, igual al Padre,
por nosotros te ofreces
en sacrificio, y mueres por nosotros,
trocando en vida eterna nuestra muerte.

Clavado en cruz, nos miras, te miramos,
crece el amor, la entrega.
Al Padre, en el Espíritu, contigo,
eleva nuestro canto y nuestra ofrenda. Amén.

Ant. 1. El Padre, por la sangre de la cruz de Cristo, hizo la paz con todos los seres del cielo y de la tierra.

Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I.

Ant. 2. Todo fue creado por Cristo y para Cristo.

Ant. 3. Todo lo puso bajo sus pies, y lo dio a la Iglesia, como cabeza, sobre todo; ella es su cuerpo.

LECTURA BREVE                    Hb 10, 5-10

Cuando Cristo entró en el mundo, dijo «Tú no quieres sacrificios ni ofrendas, pero me has preparado un cuerpo; no aceptas holocaustos ni víctimas expiatorias. Entonces yo dije lo que está escrito en el libro: "Aquí estoy, oh Dios para hacer tu voluntad"». Primero dice: «No quieres ni aceptas sacrificios ni ofrendas, holocaustos ni víctimas expiatorias», que se ofrecen según la ley. Después añade: «Aquí estoy yo para hacer tu voluntad». Niega lo primero, para afirmar lo segundo. Y conforme a esa voluntad todos quedamos santificados por la oblación del cuerpo de Jesucristo, hecha una vez para siempre.

RESPONSORIO BREVE

R/. Aquí estoy * Para hacer tu voluntad.
V/. Llevo tu ley en las entrañas. * Para hacer tu voluntad. Gloria al Padre. Aquí estoy.

Benedictus, ant. Padre, que todos sean uno, para que el mundo crea que tú me has enviado.

PRECES

En el comienzo de este día, alabemos a Jesucristo, fuente de salvación eterna para todos los hombres, y pidámosle con humildad:

Señor, óyenos.

Jesús, Hijo de Dios vivo, 
- guíanos hacia la luz de la verdad.

Cristo, Palabra de Dios, que estás junto al Padre desde siempre y por siempre, 
- consagra a tu Iglesia en la unidad

Jesús, ungido por el Padre con la fuerza del Espíritu Santo, 
- consagra a tu Iglesia en la santidad.

Cristo, sumo sacerdote del Nuevo Testamento, 
- comunica a los sacerdotes tu santidad, para gloria del Padre.

Cristo, sabiduría de Dios, paz y reconciliación nuestra, 
- haz que nos mantengamos todos unánimes y concordes en tu Iglesia.

Cristo, sacerdote eterno, glorificador del Padre, 
- haz que sepamos ofrecernos contigo, para alabanza de la gloria eterna.

Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, que para gloria tuya y salvación del género humano constituiste a tu Hijo único sumo y eterno sacerdote, concede a quienes él eligió para ministros y dispensadores de sus misterios la gracia de ser fieles en el cumplimiento del ministerio recibido. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Los salmos, del jueves correspondiente.

Tercia

Ant. Por Cristo todos podemos acercarnos al Padre con un mismo Espíritu.

LECTURA BREVE                              Hb 7, 26-27

Tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día -como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo-, porque Jesucristo, Señor nuestro, lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

V/. Estad alegres cuando compartís los padecimientos de Cristo.
R/. Para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de gozo.

Sexta

Ant. Estáis edificados sobre el cimiento de los apóstoles y profetas, y el mismo Cristo Jesús es la piedra angular.

LECTURA BREVE                          1P 2, 4-5

Acercándoos al Señor, la piedra viva desechada por los hombres, pero escogida y preciosa ante Dios, también vosotros, como piedras vivas, entráis en la construcción del templo del Espíritu, formando un sacerdocio sagrado, para ofrecer sacrificios espirituales que Dios acepta por Jesucristo.

V/. Ya que habéis aceptado a Cristo Jesús, el Señor, proceded según él.
R/. Arraigados en él, dejaos construir y edificar en la fe.

Nona

Ant. A cada uno de nosotros se le ha dado la gracia según la medida del don de Cristo, para la edificación de su cuerpo, que es la Iglesia.

LECTURA BREVE                      1P 2, 9-10

Vosotros sois una raza elegida, un sacerdocio real, una nación consagrada, un pueblo adquirido por Dios para proclamar las hazañas del que os llamó a salir de las tinieblas y entrar en su luz maravillosa. Antes erais «no pueblo», ahora sois «pueblo de Dios»; antes erais «no compadecidos» ahora sois «compadecidos».

V/. Que la paz de Cristo actúe de árbitro en vuestro corazón.
R/. A ella habéis sido convocados, en un solo cuerpo.

La oración como en Laudes.

Vísperas

HIMNO

A ti, sumo y eterno Sacerdote
de la nueva alianza,
se ofrecen nuestros votos y se elevan
los corazones en acción de gracias.

Desde el seno del Padre, descendiste
al de la Virgen Madre;
te haces pobre, y así nos enriqueces;
tu obediencia, de esclavos libres hace.

Tú eres el Ungido, Jesucristo,
el Sacerdote único;
tiene su fin en ti la ley antigua,
por ti la ley de gracia viene al mundo.

Al derramar tu sangre por nosotros,
tu amor complace al Padre;
siendo la hostia de tu sacrificio,
hijos de Dios y hermanos tú nos haces.

Para alcanzar la salvación eterna,
día a día se ofrece
tu sacrificio, mientras, junto al Padre,
sin cesar por nosotros intercedes.

A ti, Cristo pontífice, la gloria
por los siglos de los siglos;
tú que vives y reinas y te ofreces
al Padre en el amor del Santo Espíritu. Amén.

SALMODIA

Ant. 1. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno».

Salmo 109, 1-5. 7

Oráculo del Señor a mi Señor:
«Siéntate a mi derecha,
y haré de tus enemigos
estrado de tus pies».
Desde Sión extenderá el Señor
el poder de tu cetro:
somete en la batalla a tus enemigos.

«Eres príncipe desde el día de tu nacimiento,
entre esplendores sagrados;
yo mismo te engendré, como rocío,
antes de la aurora».

El Señor lo ha jurado y no se arrepiente:
«Tú eres sacerdote eterno,
según el rito de Melquisedec».

El Señor a tu derecha, el día de su ira,
quebrantará a los reyes.
En su camino beberá del torrente,
por eso, levantará la cabeza.

Ant. 1. El Señor lo ha jurado y no se arrepiente: «Tú eres sacerdote eterno».

Ant. 2. Dios, rico en misericordia, nos ha hecho vivir con Cristo.

Salmo 110

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman.

Esplendor y belleza son su obra,
su generosidad dura por siempre;
ha hecho maravillas memorables,
el Señor es piadoso y clemente.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles.

Justicia y verdad son las obras de sus manos,
todos sus preceptos merecen confianza:
son estables para siempre jamás,
se han de cumplir con verdad y rectitud.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza,
su nombre es sagrado y temible.

Primicia de la sabiduría es el temor del Señor,
tienen buen juicio los que lo practican;
la alabanza del Señor dura por siempre.

Ant. Dios, rico en misericordia, nos ha hecho vivir con Cristo.

Ant. 3. Cristo es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura.

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de su Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de Él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por Él y para Él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en Él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en Él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por Él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Ant. Cristo es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura.

LECTURA BREVE                        Hb 10, 19-23

Hermanos, teniendo entrada libre al santuario, en virtud de la sangre de Jesús, contando con el camino nuevo y vivo que él ha inaugurado para nosotros a través de la cortina, o sea, de su carne, y teniendo un gran sacerdote al frente de la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero y llenos de fe, con el corazón purificado de mala conciencia y con el cuerpo lavado en el agua pura. Mantengámonos firmes en la esperanza que profesamos, porque es fiel quien hizo la promesa.

RESPONSORIO BREVE
 
R/. Estamos en paz con Dios, * Por medio de nuestro Señor Jesucristo.
V/. Y nos gloriamos apoyados en la esperanza de alcanzar la gloria de Dios. * Por medio de nuestro Señor Jesucristo. Gloria al Padre. Estamos.

Magníficar, ant. Padre, te ruego por ellos, que son tuyos, y por ellos me consagro yo, para que también ellos se consagren en la verdad.

PRECES

Dirijámonos confiadamente a Cristo, nuestro sumo y eterno sacerdote, y presentémosle nuestros deseos y peticiones, diciendo con humildad:

Escúchanos, Señor, te suplicamos con fe.

Cristo, tú que eres la Palabra del Padre, 
- pon en nuestros labios lo que hemos de pedir.

Cristo sacerdote, tú que eres el pan de la vida, 
- haz que los que tú has elegido vivan el don de su sacerdocio, consumando en ti su propia oblación.

Cristo glorioso, que vives siempre para interceder ante el Padre a favor nuestro, 
- haz que seamos fieles en la oración por tu Iglesia.

Cristo Señor, que fuiste enviado por el Padre, 
- haz que todos encuentren en ti la vida y el camino del reino.

Cristo, Hijo de Dios vivo, que con tu muerte venciste a la muerte, 
- haz que la oblación final de nuestros difuntos los lleve al gozo eterno de la gloria.

Padre nuestro.

La oración como en Laudes.

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