Diurnal - Santos Arcángeles Miguel, Gabriel y Rafael

Propio de los Santos
Septiembre

29 de septiembre
SANTOS ARCÁNGELES
MIGUEL, GABRIEL Y RAFAEL
Fiesta

De manera conjunta se celebra ahora a estos tres ángeles, muy venerados en la tradición de la Iglesia.

Invitatorio

Ant. Venid, adoremos al Señor, delante de los ángeles.

El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Laudes

HIMNO 

Miguel, Gabriel, Rafael,
los espíritus señeros
y arcángeles mensajeros
de Dios, que estáis junto a él.

A vuestro lado se siente
alas de fiel protección,
incienso de la oración
y el corazón obediente.

«¿Quién como Dios?» es la enseña,
es el grito de Miguel,
y el orgullo de Luzbel
al abismo se despeña.

Gabriel trae la embajada
divina, y le lleva al Padre
el «sí» de la Virgen Madre,
del Sol de Cristo alborada.
Por la ruta verdadera

Rafael nos encamina
y nos da la medicina
que cura nuestra ceguera. 394

Dios que nos diste a los ángeles
por guías y mensajeros,
danos el ser compañeros
del cielo de tus arcángeles. Amén.

Ant. 1. Alabemos al Señor, a quien alaban los ángeles, y los querubines y serafines proclaman tres veces santo.

Los salmos y el cántico, del domingo de la semana I

Ant. 2. Ángeles del Señor, bendecid al Señor eternamente.

Ant. 3. Los ángeles en el cielo te aclaman, Señor santo, diciendo a una sola voz: «Oh Dios, tú mereces un himno».

LECTURA BREVE                     Gn 28,12-13a

Tuvo Jacob un sueño: Una escalinata apoyada en la tierra con la cima tocaba el cielo. Ángeles de Dios subían y bajaban por ella. El Señor estaba en pie sobre ella y dijo: «Yo soy el Señor, el Dios de tu padre Abrahán y el Dios de Isaac».

RESPONSORIO BREVE 

R/. Un ángel se puso * Junto al altar del templo. Un ángel.
V/. Con un incensario de oro en su mano. * Junto al altar del templo. Gloria al Padre. Un ángel. 

Benedictus, ant. Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre. 

PRECES 

Confesemos, queridos hermanos, al Señor, a quien asisten millares de ángeles, y aclamémosle gozosos: 

Bendecid al Señor, ángeles suyos.

Oh Dios, que a tus ángeles has dado órdenes para que nos guarden en nuestros caminos, 
—condúcenos hoy sin tropiezo por tus sendas.

Padre, cuyo rostro están siempre viendo nuestros ángeles en el cielo,
—haz que busquemos continuamente tu rostro.

Oh Dios, cuyos hijos serán como ángeles en el cielo,
—danos la castidad del corazón y del cuerpo.

Oh Dios, envía a Miguel, príncipe supremo, en auxilio de tu pueblo,
—a fin de que lo defienda en las batallas contra Satanás y sus ángeles.

Padre nuestro.

Oración 

Oh Dios, que con admirable sabiduría distribuyes los ministerios de los ángeles y los hombres, te pedimos que nuestra vida esté siempre protegida en la tierra por aquellos que te asisten continuamente en el cielo. Por nuestro Señor Jesucristo.

Hora intermedia

Los salmos, de la feria correspondiente. 

Tercia 

Ant. Miguel, uno de los príncipes supremos, vino en mi auxilio.

LECTURA BREVE                           Dn 12,1

En el tiempo aquel, se levantará Miguel, el arcángel que se ocupa de tu pueblo: serán tiempos difíciles, como no los ha habido desde que hubo naciones hasta ahora. Entonces se salvará tu pueblo: todos los inscritos en el libro.

V/. Enviará el Señor a sus ángeles con trompetas sonoras.
R/. Y reunirán a sus elegidos de los cuatro vientos.

Sexta 

Ant. Gabriel, a quien había visto en la visión, llegó volando hasta mí y me habló.

LECTURA BREVE                                       Dn 9,22-23

El ángel Gabriel me habló así: «Daniel, acabo de salir para explicarte el sentido. Al principio de tus súplicas, se pronunció una sentencia, y yo he venido para comunicártela, porque eres un predilecto. ¿Entiende la palabra, comprende la visión!»

V/. Bendecid al Señor, ejércitos suyos.
R/. Servidores que cumplís sus deseos.

Nona 

Ant. El ángel Rafael fue enviado a Tobit y a Sara para curarlos.

LECTURA BREVE                      Tb 12,15.18.20b

Yo soy Rafael, uno de los siete ángeles que están al servicio de Dios y tienen acceso ante el Señor de la gloria. Mi presencia entre vosotros no se ha debido a mí, sino a la voluntad de Dios. Bendecidlo siempre y cantadle himnos. Yo subo ahora al que me envió. Vosotros escribid todo lo que os ha ocurrido. 

V/. A sus ángeles Dios ha dado órdenes.
R/. Para que te guarden en tus caminos.

La oración como en Laudes. 

Vísperas

HIMNO, como en Laudes.

SALMODIA 

Ant. 1. Ensalzaste tu majestad sobre los cielos, Rey de los ángeles.

Salmo 8 

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Ensalzaste tu majestad sobre los cielos.
De la boca de los niños de pecho
has sacado una alabanza contra tus enemigos,
para reprimir al adversario y al rebelde.

Cuando contemplo el cielo, obra de tus dedos,
la luna y las estrellas que has creado,
¿qué es el hombre, para que te acuerdes de él,
el ser humano, para darle poder?

Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y dignidad,
le diste el mando sobre las obras de tus manos,
todo lo sometiste bajo sus pies:

rebaños de ovejas y toros,
y hasta las bestias del campo,
las aves del cielo, los peces del mar,
que trazan sendas por el mar.

Señor, dueño nuestro,
¡qué admirable es tu nombre
en toda la tierra!

Ant. Ensalzaste tu majestad sobre los cielos, Rey de los ángeles.

Ant. 2. Delante de los ángeles, tañeré para ti, Dios mío.

Salmo 137 

Te doy gracias, Señor, de todo corazón;
delante de los ángeles tañeré para ti,
me postraré hacia tu santuario,
daré gracias a tu nombre:

por tu misericordia y tu lealtad,
porque tu promesa supera a tu fama;
cuando te invoqué, me escuchaste,
acreciste el valor en mi alma.

Que te den gracias, Señor, los reyes de la tierra,
al escuchar el oráculo de tu boca;
canten los caminos del Señor,
porque la gloria del Señor es grande.

El Señor es sublime, se fija en el humilde,
y de lejos conoce al soberbio.

Cuando camino entre peligros,
me conservas la vida;
extiendes tu brazo contra la ira de mi enemigo,
y tu derecha me salva.

El Señor completará sus favores conmigo:
Señor, tu misericordia es eterna,
no abandones la obra de tus manos.

Ant. Delante de los ángeles, tañeré para ti, Dios mío.

Ant. 3. Vi delante del trono a un Cordero en pie; se notaba que lo habían degollado. Y escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono.

Cántico
Cf. Col 1,12-20 

Damos gracias a Dios Padre,
que nos ha hecho capaces de compartir
la herencia del pueblo santo en la luz.

Él nos ha sacado del dominio de las tinieblas,
y nos ha trasladado al reino de tu Hijo querido,
por cuya sangre hemos recibido la redención,
el perdón de los pecados.

Él es imagen de Dios invisible,
primogénito de toda criatura;
porque por medio de él
fueron creadas todas las cosas:
celestes y terrestres, visibles e invisibles,
Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades;
todo fue creado por él y para él.

Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él.
Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia.
Él es el principio, el primogénito de entre los muertos,
y así es el primero en todo.

Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud.
Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres:
los del cielo y los de la tierra,
haciendo la paz por la sangre de su cruz.

Ant. Vi delante del trono a un Cordero en pie; se notaba que lo habían degollado. Y escuché la voz de muchos ángeles alrededor del trono. 

LECTURA BREVE                              Ap 1,4b-5.6b

Gracia y paz a vosotros de parte del que es y era y viene, y de parte de los siete espíritus que están ante su trono, y de parte de Jesucristo, el testigo fiel, el primogénito de entre los muertos, el príncipe de los reyes de la tierra. Aquel que nos amó nos ha librado de nuestros pecados por su sangre. A él la gloria y el poder.

RESPONSORIO BREVE 

R/. Subió el humo de los perfumes * A la presencia del Señor. Subió.
V/. Por manos del ángel. * A la presencia del Señor. Gloria al Padre. Subió.

Magníficat, ant. El ángel Gabriel habló a María, diciendo: «Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús».

PRECES

Pidamos al Señor que, como los ángeles, poderosos ejecutores de sus órdenes, seamos siempre prontos a la voz de su palabra. Implorémosle, diciendo: 

Te rogamos, óyenos.

Para que por manos de los ángeles suban a tu presencia nuestras oraciones
—como el humo de los perfumes,
te rogamos, óyenos.

Para que nuestras ofrendas sean llevadas a tu presencia,
—hasta el altar del cielo, por manos de tu ángel,
te rogamos, óyenos.

Para que, con la legión del ejército celestial, podamos proclamar la gloria de Dios en el cielo, 
—y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor,
te rogamos, óyenos.

Para que, al fin de nuestra vida, los ángeles nos reciban
—y nos lleven a la patria del paraíso,
te rogamos, óyenos.

Para que san Miguel, el abanderado, introduzca en la luz sagrada
—las almas de los fieles difuntos,
te rogamos, óyenos.

Padre nuestro.

La oración como en Laudes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario