Diurnal - Miércoles dentro de la Octava de Pascua

Tiempo Pascual

MIÉRCOLES DENTRO DE LA
OCTAVA DE PASCUA

Invitatorio

Ant. Verdaderamente ha resucitado el Señor. Aleluya.

El salmo invitatorio como en el Ordinario.

Laudes

Las antífonas, los salmos y el cántico como en las Laudes del domingo de Resurrección.

LECTURA BREVE          Rm 6, 8-11

Si hemos muerto con Cristo, creemos que también viviremos con él; pues sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él. Porque su morir fue un morir al pecado de una vez para siempre; y su vivir es un vivir para Dios. Lo mismo vosotros consideraos muertos al pecado y vivos para Dios en Cristo Jesús.

En lugar del responsorio breve, se dice:

Ant. Éste es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Benedictus, ant. Jesús, comenzando por Moisés y siguiendo por los profetas, les explicó lo que se refería a él en toda la Escritura. Aleluya.

PRECES

Oremos a Cristo, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación, y aclamémosle, diciendo:

Por tu victoria, sálvanos, Señor.

Salvador nuestro, Señor Jesús, que con tu victoria sobre la muerte nos has alegrado y con tu resurrección nos has exaltado y nos has enriquecido,
ilumina hoy nuestras mentes y santifica nuestra jornada con la gracia de tu Espíritu Santo.

Tú que en el cielo eres glorificado por los ángeles y en la tierra eres adorado por los hombres,
recibe la adoración que en espíritu y verdad te tributamos en esta fiesta de tu resurrección.

Sálvanos, Señor Jesús, muestra tu amor y tu misericordia al pueblo que confía en tu resurrección
y, compadecido de nosotros, defiéndenos de todo mal.

Rey de la gloria y vida nuestra, haz que, cuando aparezcas,
podamos aparecer también nosotros, juntamente contigo, en gloria.

Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos, a través de la celebración de estas fiestas, llegar un día a la alegría eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

En la despedida se dice:

V/. Podéis ir en paz. Aleluya, aleluya.
R/. Demos a gracias a Dios. Aleluya, aleluya.

Hora intermedia

SALMODIA

Antífona

Tercia: Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más. Aleluya.

Sexta: Fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Aleluya.

Nona: Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba. Aleluya.

En una de estas Horas se dice el siguiente salmo:

Salmo 118, 9-16

II (Beth)

¿Cómo podrá un joven andar honestamente?
     Cumpliendo tus palabras.
     Te busco de todo corazón,
     no consientas que me desvíe de tus mandamientos.
     En mi corazón escondo tus consignas,
     así no pecaré contra ti.

Bendito eres, Señor,
     enséñame tus leyes.
     Mis labios van enumerando
     los mandamientos de tu boca;
     mi alegría es el camino de tus preceptos,
     más que todas las riquezas.

Medito tus decretos,
     y me fijo en tus sendas;
     tu voluntad es mi delicia,
     no olvidaré tus palabras.

Salmo 27, 1-3. 6-9

A ti, Señor, te invoco;
     Roca mía, no seas sordo a mi voz;
     que, si no me escuchas, seré igual
     que los que bajan a la fosa.

Escucha mi voz suplicante
     cuando te pido auxilio,
     cuando alzo las manos
     hacia tu santuario.

No me arrebates con los malvados
     ni con los malhechores,
     que hablan de paz con el prójimo,
     pero llevan la maldad en el corazón.

Bendito el Señor, que escuchó
     mi voz suplicante;
     el Señor es mi fuerza y mi escudo:
     en él confía mi corazón; 
     me socorrió, y mi corazón se alegra
     y le canta agradecido.

El Señor es fuerza para su pueblo,
     apoyo y salvación para su Ungido.
     Salva a tu pueblo y bendice tu heredad,
     sé su pastor y llévalos siempre.

Salmo 115

Tenía fe, aun cuando dije:
     «¡Qué desgraciado soy!».
     Yo decía en mi apuro:
     «Los hombres son unos mentirosos».

¿Cómo pagaré al Señor
     todo el bien que me ha hecho?
     Alzaré la copa de la salvación,
     invocando su nombre.

Cumpliré al Señor mis votos
     en presencia de todo el pueblo.
     Mucho le cuesta al Señor
     la muerte de sus fieles.
     Señor, yo soy tu siervo,
     siervo tuyo, hijo de tu esclava:
     rompiste mis cadenas.

Te ofreceré un sacrificio de alabanza,
     invocando tu nombre, Señor.
     Cumpliré al Señor mis votos
     en presencia de todo el pueblo,
     en el atrio de la casa del Señor,
     en medio de ti, Jerusalén.

Tercia

Ant. Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya no muere más. Aleluya.

LECTURA BREVE          Cf. Rm 4, 24-25

Creemos en el que resucitó de entre los muertos a nuestro Señor Jesús, que fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación.

V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Sexta

Ant. Fue entregado por nuestros pecados y resucitado para nuestra justificación. Aleluya.

LECTURA BREVE          1Jn 5, 5-6a

¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios? Éste es el que vino con agua y con sangre: Jesucristo. No sólo con agua, sino con agua y con sangre. 

V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Nona

Ant. Ya que habéis resucitado con Cristo, buscad los bienes de allá arriba. Aleluya.

LECTURA BREVE          Cf. Ef 4, 23-24

Renovaos en la mente y en el espíritu y vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas.

V/. Éste es el día en que actuó el Señor. Aleluya.
R/. Sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Oración

Oh Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos, a través de la celebración de estas fiestas, llegar un día a la alegría eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. 

Vísperas

Las antífonas, los salmos y el cántico como en las Vísperas del domingo de Resurrección.

LECTURA BREVE          Hb 7, 24-27

Jesús, como permanece para siempre, tiene el sacerdocio que no pasa. De ahí que puede salvar definitivamente a los que por medio de él se acercan a Dios, porque vive siempre para interceder en su favor. Y tal convenía que fuese nuestro sumo sacerdote: santo, inocente, sin mancha, separado de los pecadores y encumbrado sobre el cielo. Él no necesita ofrecer sacrificios cada día –como los sumos sacerdotes, que ofrecían primero por los propios pecados, después por los del pueblo-, porque lo hizo de una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo.

En lugar del responsorio breve, se dice:

Ant. Éste es el día en que actuó el Señor, sea nuestra alegría y nuestro gozo. Aleluya.

Magníficat, ant. Jesús entró para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Aleluya.

PRECES

Oremos a Cristo, que resucitó de entre los muertos y está sentado a la derecha del Padre, y digámosle:

Oh Cristo, siempre vivo para interceder por los hombres, escucha nuestra oración.

Acuérdate, Señor, de los que se han consagrado al ministerio pastoral;
que sean para tu pueblo ejemplo de santidad.

Concede, Señor, el espíritu de justicia y de paz a los que gobiernan las naciones
y haz que trabajen para que todos podamos vivir según tu ley.

Concede la paz a nuestros días
y multiplica los bienes de la tierra, para que los pobres puedan gozar de las riquezas de tu bondad.

Oh Cristo, que con tu triunfo has iluminado el mundo entero y has llamado a la vida a toda la creación, que estaba sometida a la frustración,
concede la luz eterna a nuestros hermanos difuntos.

Padre nuestro.

Oración

Oh Dios, que todos los años nos alegras con la solemnidad de la resurrección del Señor, concédenos, a través de la celebración de estas fiestas, llegar un día a la alegría eterna. Por nuestro Señor Jesucristo.

En la despedida se dice:

V/. Podéis ir en paz. Aleluya, aleluya.
R/. Demos a gracias a Dios. Aleluya, aleluya.

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