320. Recordando, hermanos, el momento en que la Palabra de Dios se hizo carne y habitó entre nosotros, presentamos nuestras humildes súplicas por mediación de Aquél que hizo su entrada en el mundo ofreciéndose como víctima de salvación.
- Por la Iglesia santa de Dios: para que reciba en su corazón y en su mente la palabra divina a ejemplo de María, la Virgen creyente, portadora del Hijo del Eterno Padre. Roguemos al Señor.
[O bien, si se celebra la Jornada pro-vida:
- Por la Iglesia, voz de los que no tienen voz: para que, fiel a su misión de iluminar las conciencias de los creyentes y de los hombres de buena voluntad, recuerde constantemente a todos que la vida humana es un don precioso de Dios. Roguemos al Señor.]
- Por todos aquellos a los que no ha sido aún anunciado el Evangelio: para que Dios les envíe mensajeros de su Palabra. Roguemos al Señor.
- Por los enfermos, los marginados y los que sufren por cualquier causa: para que reciban con esperanza el anuncio de la redención de sus penas en el misterio de la encarnación del Hijo de Dios. Roguemos al Señor.
- Por todos y cada uno de los presentes: para que, atentos a la Palabra de Dios, estemos siempre dispuestos a hacer su voluntad. Roguemos al Señor.
Acuérdate, Señor, de tu Iglesia y dígnate escuchar nuestras peticiones, que confiamos a la intercesión de aquélla que hoy fue anunciada como Madre virginal de tu Hijo Jesucristo. Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos.
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