Diócesis de Jaca - Santos Voto y Félix, y compañeros eremitas del Valle de Atarés (Leccionario)

29 de mayo
SANTOS VOTO Y FÉLIX,
Y COMPAÑEROS EREMITAS DEL VALLE DE ATARÉS

PRIMERA LECTURA
Ponte de pie en el monte ante el Señor

Lectura del primer libro de los Reyes 19, 4-9a. 11-15a

En aquellos días, Elías continuó por el desierto, una jornada de camino, y, al final, se sentó bajo una retama y se deseó la muerte:

— «¡Basta, Señor! ¡Quítame la vida, que yo no valgo más que mis padres!»

Se echó bajo la retama y se durmió. De pronto un ángel le tocó y le dijo:

— «¡Levántate, come!»

Miró Elías y vio a su cabecera un pan cocido sobre piedras y un jarro de agua. Comió, bebió y se volvió a echar. Pero el ángel del Señor le volvió a tocar y le dijo:

— «¡Levántate, come!, que el camino es superior a tus fuerzas».

Elías se levantó, comió y bebió, y, con la fuerza de aquel alimento, caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta el Horeb, el monte de Dios. Allí se metió en una cueva donde pasó la noche. El Señor le dijo:

— «Sal y ponte de pie en el monte ante el Señor. ¡El Señor va a pasar!»

Vino un huracán tan violento que descuajaba los montes y hacía trizas las peñas delante del Señor; pero el Señor no estaba en el viento.

Después del viento, vino un terremoto; pero el Señor no estaba en el terremoto.

Después del terremoto, vino un fuego; pero el Señor no estaba en el fuego.

Después del fuego, se oyó una brisa tenue; al sentirla, Elías se tapó el rostro con el manto, salió afuera y se puso en pie a la entrada de la cueva.

Entonces oyó una voz que le decía:

— «¿Qué haces, aquí, Elías?»

Respondió:

— «Me consume el celo por el Señor, Dios de los ejércitos, porque los israelitas han abandonado tu alianza, han derruido tus altares y asesinado a tus profetas; sólo quedo yo, y me buscan para matarme».

El Señor dijo:

— «Desanda tu camino hacia el desierto de Damasco».

Palabra de Dios.

En tiempo pascual:
Corro hacia la meta, para ganar el premio,
al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Filipenses 3, 8-14

Hermanos:

Todo lo estimo pérdida comparado con la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús, mi Señor.

Por él lo perdí todo, y todo lo estimo basura con tal de ganar a Cristo y existir en él, no con una justicia mía, la de la Ley, sino con la que viene de la fe de Cristo, la justicia que viene de Dios y se apoya en la fe.

Para conocerlo a él, y la fuerza de su resurrección, y la comunión con sus padecimientos, muriendo su misma muerte, para llegar un día a la resurrección de entre los muertos.

No es que haya conseguido el premio, o que ya esté en la meta: yo sigo corriendo a ver si lo obtengo, pues Cristo Jesús lo obtuvo para mí.

Hermanos, yo no pienso haber conseguido el premio. Sólo busco una cosa: olvidándome de lo que queda atrás y lanzándome hacia lo que está por delante, corro hacia la meta, para ganar el premio, al que Dios desde arriba llama en Cristo Jesús.

Palabra de Dios.


Salmo responsorial         Sal 14, 2-3ab. 3cd-4ab. 5 (R/.: 1b)

V/. El justo habitará en tu monte santo, Señor.
R/. El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua.

R/. El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor.

R/. El justo habitará en tu monte santo, Señor.

El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente.
El que así obra nunca fallará.

R/. El justo habitará en tu monte santo, Señor.


Aleluya
Mt 5, 3
Dichosos los pobres en el espíritu,
porque de ellos es el reino de los cielos.


EVANGELIO
Vosotros, los que me habéis seguido, recibiréis cien veces más

 Lectura del santo evangelio según san Mateo 19, 27-29

En aquel tiempo, dijo Pedro a Jesús:

— «Nosotros lo hemos dejado todo y te hemos seguido; ¿qué nos va a tocar?»

Jesús les dijo:

— «Os aseguro: cuando llegue la renovación, y el Hijo del hombre se siente en el trono de su gloria, también vosotros, los que me habéis seguido, os sentaréis en doce tronos para regir a las doce tribus de Israel.

El que por mí deja casa, hermanos o hermanas, padre o madre, mujer, hijos o tierras, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna».

Palabra del Señor

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