Leccionario III (impar) - Jueves de la VIII semana del tiempo ordinario

Tiempo Ordinario

JUEVES DE LA VIII SEMANA
DEL TIEMPO ORDINARIO

PRIMERA LECTURA
Eclo 42, 15-26
De la gloria del Señor está llena su obra

Lectura del libro del Eclesiástico.

VOY a recordar las obras del Señor,
     voy a contar lo que he visto.
Por la palabra del Señor fueron hechas sus obras,
     y la creación esté sometida a su voluntad.
El sol radiante todo lo contempla,
     de la gloria del Señor está llena su obra.
Ni siquiera los santos del Señor son capaces
     de contar todas las maravillas
     que el Señor omnipotente ha establecido firmemente,
     para que el universo subsista ante su gloria.
Él sondea el abismo y el corazón,
     penetra todos sus secretos.
Pues el Altísimo conoce toda la ciencia
     y escruta las señales de los tiempos.
Anuncia lo pasado y lo futuro,
     y descubre las huellas de las cosas ocultas.
No se le escapa ningún pensamiento,
     ni una palabra se le oculta.
Puso en orden las grandezas de su sabiduría,
     porque él existe desde siempre y por siempre;
     nada se le puede añadir o quitar,
     y no necesita de consejero alguno.
¡Qué deseables son tus obras!
Y lo que contemplamos es apenas un destello.
Todas viven y permanecen eternamente,
     y la obedecen en cualquier circunstancia.
Todas las cosas son de dos en dos, una frete a otra,
     no ha creado nada imperfecto.
Una cosa confirma la existencia de otra,
     ¿quién puede cansarse de contemplar tu gloria?

Palabra de Dios.

Salmo responsorial 
Sal 32, 2-3. 4-5. 6-7. 8-9 (R/.: 6a)
R/.   La palabra del Señor hizo el cielo.

        V/.   Dad gracias al Señor con la cítara,
                tocad en su honor el arpa de diez cuerdas;
                cantadle un cántico nuevo,
                acompañando los vítores con bordones.   R/.
     
        V/.   La palabra del Señor es sincera,
                y todas sus acciones son leales;
                él ama la justicia y el derecho,
                y su misericordia llena la tierrra.   R/.

        V/.   La palabra del Señor hizo el cielo;
                el aliento de su boca, sus ejércitos;
                encierra en un odre las aguas marinas,
                mete en un depósito el océano.    R/.

        V/.   Tema al Señor la tierra entera,
                tiemblen ante él los habitantes del orbe:
                porque él lo dijo, y existió;
                él lo mandó y todo fue creado.    R/.


Aleluya
Cf. Jn 8, 12b
R/.   Aleluya, aleluya, aleluya.

V/.   Yo soy la luz del mundo —dice el Señor—;
        el que me sigue tendrá la luz de la vida.   R/.

EVANGELIO
Mc 10, 46-52
“Rabbuní’ haz que recobre la vista
Lectura del santo Evangelio según san Marcos.

EN aquel tiempo, al salir Jesús de Jericó con sus discípulos y bastante gente, un mendigo ciego, Bartimeo (el hijo de Timeo), estaba sentado al borde del camino pidiendo limosna. Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar:
    «Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí».
Muchos lo increpaban para que se callara. Pero él gritaba más:
    «Hijo de David, ten compasión de mí».
Jesús se detuvo y dijo:
    «Llamadlo».
Llamaron al ciego, diciéndole:
    «Ánimo, levántate, que te llama».
Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús.
Jesús le dijo:
    «¿Qué quieres que te haga?».
El ciego le contestó:
    «“Rabbuní”, que recobre la vista».
Jesús le dijo:
    «Anda, tu fe te ha salvado».
Y al momento recobró la vista y lo seguía por el camino.

Palabra del Señor.

© Conferencia Episcopal Española

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